URUGUAY

La curiosa historia de la Mano de Punta del Este y por qué se erigió en la Playa Brava

Ponemos rumbo a la Playa Brava de Punta del Este, en Uruguay, para conocer la historia de la escultura que se ha convertido en todo un símbolo.

La Mano de Punta del Este en la Playa BravaImagen de María Cecilia en Wikipedia, licencia de dominio público

Es el momento más que perfecto para poner rumbo a Uruguay, concretamente a Punta del Este. Allí encontramos numerosos rincones, monumentos y edificaciones que no dejan absolutamente indiferente a nadie. Un claro ejemplo lo encontramos, precisamente, en la escultura conocida como “La Mano”.

Se trata de cinco enormes dedos que están parcialmente metidos en la arena. Está ubicada en uno de los rincones más conocidos de Punta del Este, como es la Playa Brava. Coloquialmente, es conocida como “Hombre emergiendo a la vida” o, incluso, “Los dedos”.

Con el paso de los años, y al estar en un lugar tan sumamente turístico, se ha convertido en un símbolo. Por ese mismo motivo, es el momento más que perfecto para saber qué hay detrás de este monumento, uno de los más visitados y fotografiados de la ciudad uruguaya.

La Mano de Punta del Este | Imagen de Rosina Peixoto en Wikipedia, licencia: CC BY-SA 4.0

La Mano de la Punta del Este, a través de su historia

La escultura es obra de Mario Irarrázabal, reconocido artista chileno. Es importante destacar que la creó en el verano de 1982, cuando estaba asistiendo a la Primera Reunión Internacional de Escultura Moderna al Aire Libre que se estaba celebrando, precisamente, en Punta del Este.

En total, asistieron nada más y nada menos que nueve escultores, y Mario Irarrázabal era el más joven de todos ellos. Como consecuencia de los lugares asignados, que estaban en una plaza pública, hubo una gran pelea. Fue entonces cuando Mario dio el paso de marcar la diferencia. ¿De qué forma? Haciendo su escultura en la playa.

El artista tenía un verano entero por delante para hacer efectivo este objetivo, pero lo cierto es que tan solo necesitó seis días para acabarlo. Y lo hizo a pesar de ciertos contratiempos, como fue el caso de fuertes rachas de viento. Algo que es verdaderamente habitual en esta zona. Durante el verano de ese año, escultores de varias partes del mundo trabajaron en sus creaciones, en esa playa. En la actualidad, tan solo la de Irarrázabal sigue en pie.

Esta escultura hizo posible que el artista adquiriese, rápidamente, una fama mundial. No solamente se ha convertido en aclamo de visitantes y curiosos, sino también en todo un emblema de Punta del Este. Con el paso del tiempo, surgieron réplicas de esta escultura tanto en Madrid (1987), en el Desierto de Atacama de Chile (1992) y Venecia (1995). ¡Es espectacular!