ALEMANIA
La Selva Negra es una de las regiones más bonitas de Alemania. Está repleta de lagos, cascadas, castillos y pueblos pequeños y pintorescos en los que en ocasiones el reloj parece detenerse. No es raro que haya servido de inspiración para muchos de los cuentos de los hermanos Grimm. Y tampoco lo es que muchos viajeros sueñen con recorrerla a la mínima oportunidad.
Si ese es tu caso y tienes planeado visitar la Selva Negra, has de tener en cuenta que se trata de una zona en la que hay multitud de lugares increíbles por descubrir. Así pues, te recomendamos que le dediques unos cuantos días para ver los más importantes. Pero lo cierto es que también hay otros que quizá no son tan conocidos a los que, si les dieras la oportunidad, te encantarían. Por ejemplo el mirador Aussichtsplattform Ellbachseeblick, muy cercano a Freudenstadt, desde el que se tienen unas vistas fascinantes de la Selva Negra.
Más conocido es el lago Titisee, uno de los lugares que no pueden faltar en tu itinerario. Se encuentra en el sur de la Selva Negra, es un lago glaciar, y también el punto de partida perfecto para iniciar muchas rutas de senderismo. Aunque si hablamos de lagos, cabe recordar que la Selva Negra está llena de ellos. Por eso, tampoco has de dejar pasar la oportunidad de acercarte al lago Schluchsee o al lago Mummel, también conocido como lago de las musas.
Pasamos ahora a las cascadas, de las que también hay una buena lista en la Selva Negra. Entre las más importantes se encuentra la cascada de Triberg, la más alta de todo el país. Pero también hay otras muy bonitas que no puedes perderte. Las cascadas de Allerheiligen, formadas por 7 saltos de agua, o las cascadas del Zweribach.
Entre montañas, bosques, lagos y cascadas se encuentran algunos pueblos pintorescos y ciudades de mayores dimensiones que también tienen encanto. Así, en un viaje a la Selva Negra, los viajeros deben tomarse un tiempo para descubrirlos. Nos referimos, por ejemplo, a la capital de la región: Friburgo. Es una ciudad universitaria de calles empedradas en las que hay monumentos tan bonitos como su catedral gótica.
Pero además, en la Selva Negra puedes visitar Schiltach y su precioso casco histórico que parece sacado de un cuento. También Gengenbach, cuyo aire medieval te hace viajar en el tiempo. O Sasbachwalden, donde cualquiera queda prendado de sus preciosas fachadas.
Para acabar estas líneas vamos a hacer mención a alguna que otra construcción imprescindible en un viaje a la Selva Negra. Y es que todavía no hemos hecho mención a ninguno de sus preciosos castillos, pese a que Hohenzollern, Lichtenstein y Schauenburg no pueden faltar en el itinerario.