ÁVILA

Historia del Santuario de Nuestra Señora de Sonsoles: ¿por qué en su interior hay un caimán disecado?

Viajamos hasta Ávila para conocer la historia del Santuario que alberga una de las Imágenes más veneradas de Castilla y León: la Virgen de Sonsoles.

Santuario de Nuestra Señora de SonsolesImagen de Luis Rogelio HM en Wikipedia, licencia: CC BY-SA 2.0

Es el momento más que perfecto para poner rumbo a la ciudad de Ávila, situada en Castilla y León. Allí encontramos un gran número de construcciones y monumentos verdaderamente impresionantes. Uno de los más destacados nos hace trasladarnos a unos cuatro kilómetros de la ciudad, donde nos topamos con el Santuario de Nuestra Señora de Sonsoles.

También conocido como Ermita de Sonsoles, se trata de un templo católico dedicado a la Virgen de Sonsoles, una advocación mariana a la que rinden culto tanto los abulenses como los peregrinos que se trasladan hasta este lugar. Se trata de una edificación verdaderamente preciosa que no deja indiferente a nadie.

El Santuario de Nuestra Señora de Sonsoles, en Ávila

Para comenzar, debemos saber que este templo se erigió en la zona sudeste de la ciudad, utilizando como materiales la mampostería, la piedra granítica, el ladrillo y hasta el pedernal. Consta de tres naves y en el altar mayor, donde podemos encontrar la imagen de la Virgen de Sonsoles, nos topamos con una bóveda de crucería.

A pesar de que la edificación es de estilo barroco, a lo largo de los siglos se han llevado a cabo diversas reconstrucciones y reformas, por lo que hay algún que otro elemento de estilo gótico. Lo cierto es que la construcción que encontramos en la actualidad data del siglo XV y es obra de Martín de Solózano. Fue él quien recibió el encargo de la Cofradía de Sonsoles, de demoler el edificio anterior para dar paso a uno nuevo.

Santuario de Nuestra Señora de Sonsoles de Ávila | Imagen de Cristina Arribas Martínez en Wikipedia, licencia: CC BY-SA 4.0

En cuanto a esa construcción original, se erigió tras la reconquista de la ciudad de Ávila en 1083, por el Rey Alfonso VI de Castilla. El paso del tiempo hizo de las suyas, por lo que presentaba un estado de deterioro bastante considerable. Es por eso que se tomó la decisión de volver a edificarla, para evitar males mayores.

En cuanto a la imagen de la Virgen de Sonsoles, fue creada y escondida antes de la histórica invasión musulmana. Se descubrió en el siglo XI y durante varios siglos, fue adquiriendo una gran veneración. Cabe destacar que, según los estatutos de la época, esta Imagen fue protegida por nada más y nada menos que María Dávila, mujer del tesorero de los Reyes Católicos.

La curiosa leyenda que esconde el Santuario de Nuestra Señora de Sonsoles

Según la tradición, el nombre de Sonsoles se remonta a un momento concreto: cuando unos pastores se vieron sorprendidos por la presencia de la Virgen, que se les apareció envuelta en un resplandor de luz. Es por eso que no tardaron en exclamar lo siguiente: “¡Son soles! ¡Son soles!”.

Pero existe otra versión sobre el origen del nombre. Esto nos hace viajar al año 1080, cuando pasaba la comitiva que trasladaba el cuerpo de San Zoles a Carrión. El cuerpo de San Zoilo estuvo bajo el techo de una ermita a la que los lugareños comenzaron a denominar como Ermita de la Virgen de San Zoles. Sea como sea, lo cierto es que cada vez son más las personas que le tienen una profunda devoción a esta Virgen, a la que se le atribuyen varios misterios.

Caimán de la Ermita de Nuestra Señora de Sonsoles | Imagen de Cristina Arribas Martínez en Wikipedia, licencia: CC BY-SA 4.0

Dos de los más famosos se hallan en este santuario. Por un lado se encuentra un caimán disecado. Se dice que un caballero abulense caminaba por las Indias en su caballo cuando, de pronto, se encontró un caimán. Se encomendó a la Virgen de Sonsoles y su fusta se convirtió en espada. Acabó con él y, como agradecimiento, el animal fue llevado a la ermita, donde se encuentra desde el siglo XVI.

Por otro lado, nos topamos con la maqueta de un barco que cuelga del techo. Esto nos hace viajar a la época de la Armada Invencible, cuando un marinero situado en el paso de Calais se vio sorprendido por una impresionante tormenta. Dadas las circunstancias, se encomendó a la Virgen de Sonsoles. A modo de agradecimiento, ese marinero donó un pequeño barco que se expone en el techo de este Santuario.