Los títulos de pilotos y de constructores llegan por decidir al Rally de Australia
La prueba oceánica marca el final de uno de los Campeonatos del Mundo más emocionantes de la historia del WRC con hasta tres pilotos y tres equipos con opciones de ser campeones en la última cita del año.
Primera jornada demoledora para los intereses de Hyundai Motorsport en el Campeonato del Mundo de Rallies. Australia marca el último fin de semana del año, con tres pilotos con opciones matemáticas de salir campeones y con Toyota, M-Sport y la propia Hyundai, estructura en la que milita Dani Sordo, con opciones de conseguir el entorchado entre los constructores. La cita oceánica llegaba con Sébastien Ogier como líder de la general, seguido a solo tres puntos por un Thierry Neuville que partía con la ventaja de no tener que abrir pista durante la etapa del viernes.
Sin tramos espectáculo el jueves para comenzar la acción, el Rally de Australia 2018 comenzaba directamente con el primer bucle del viernes, en el que el drama comenzaría a vivirse desde muy temprano después de que el segundo piloto oficial de Hyundai, Andreas Mikkelsen tuviera que abandonar después de salirse de la pista. El noruego, clave para que la estructura dirigida por Michel Nandan pudiera recortar los 12 puntos que le aventajaba Toyota GAZOO Racing antes de comenzar, perdía la concentración después de encontrarse un tractor de un granjero local en mitad de la tercera especial del rally, algo que le llevaría a perder la zaga del i20 WRC Coupé solo un centenar de metros después. Los daños en el frontal y en la suspensión obligaban a Mikkelsen y a su copiloto, Anders Jaeger a retirarse.
La mala jornada para el equipo con sede en Alzenau, Alemania, se terminaría por completar cuando en la segunda pasada por el último tramo del bucle, Thierry Neuville se iba recto en una chicane artificial y terminaba golpeando una de las balas de paja. El impacto se producía a baja velocidad, pero obligaba al belga a engranar la marcha atrás y perder unos segundos más valiosos. Había sido el menor de los problemas para Neuville y su copiloto, Nicolas Gilsoul. En la recepción de un salto, la rueda trasera izquierda desllantaba, algo que terminaba desembocando en un pinchazo y el desprendimiento de la banda de rodadura que terminaría destrozando el paso de rueda. A meta llegaba con más de 40 segundos perdidos respecto a Ogier, cayendo de esta forma a la décima plaza de la general.
Neuville reconocía ya en la asistencia que esto había supuesto una reducción evidente de sus opciones de título, más después de que en M-Sport aprovecharan estos problemas de Thierry para aplicar órdenes de equipo y dejar pasar a un Sébastien Ogier que hasta ese momento se encontraba muy retrasado. El francés superaba en el sexto tramo a Elfyn Evans y Teemu Suninen, pasando a ser séptimo de la general y asegurándose que mañana tendrá menos efecto ‘limpieza’ que Neuville al tener a sus dos compañeros de equipo barriéndole las especiales de esa fina capa de gravilla característica de los tramos de Nueva Gales del Sur.
Con un piloto fuera de carrera y el otro ocupando la última posición de la general con derecho a puntos, Hyundai se encontraba con que Hayden Paddon era el piloto mejor colocado. El neozelandés, el cual sustituye a Dani Sordo en la última cita del año, era cuarto de la general, mientras que Toyota mantenía a sus tres pilotos oficiales entre los seis primeros. Líder de la prueba era un Mads Ostberg que regresaba al Citroën C3 WRC después de dejarle el asiento a Sébastien Loeb en la cita española a finales de octubre y que por ahora le da un doblete a la firma de los dos chevrones junto a la gran actuación de Breen.
A pesar de que Toyota está encaminada hacia un nuevo título del WRC casi dos décadas después del último conseguido en 1999, no ha sido una mañana exenta de problemas para los pilotos del equipo de Tommi Mäkinen. Mientras que Jari-Matti Latvala era segundo por delante de Craig Breen hasta que un trompo en la superespecial lo ha desplazado a la tercera plaza, justo por delante del propio Paddon.
Ott Tänak era quinto después de haber dañado la aerodinámica del Yaris WRC y de perder el frontal en un paso de agua, lugar en el que precisamente Esapekka Lappi también tendría problemas con su motor al intentar continuar la marcha después de cruzar el vado. Sin españoles inscritos y con apenas cuatro equipos inscritos en WRC2, la atención se centra completamente en la lucha por la victoria y los títulos del WRC.