Durante los días 12 y 13 de Noviembre de 2015, la ciudad de Madrid ha sufrido uno de los peores episodios de contaminación por culpa de las emisiones NOx, partículas y O3. Para paliar este problema e intentar reducir los niveles de emisiones registrados en diferentes puntos de la ciudad, se han llevado a cabo medidas extraordinarias como la reducción de la velocidad de 90 a 70 Km/h en las principales vías de acceso a la ciudad y la prohibición de aparcar a no residentes en toda la zona SER del centro de Madrid. ¿Es este un aviso a navegantes sobre la necesidad de un cambio del sistema de movilidad? Con este escenario a la vista, la compañía Alphabet ha publicado los resultados de un
estudio realizado a los madrileños en tanto al vehículo eléctrico como solución a los problemas de contaminación que sufre la ciudad de Madrid. Según este estudio,
el 71% de los madrileños encuestados estarían de acuerdo con que el coche eléctrico sería una solución para evitar que se repitan estos episodios de contaminación.
Aprovechando este estudio nosotros nos preguntamos
hasta qué punto sería lógico pensar que la implantación del vehículo eléctrico sería la mejor solución para evitar que se sucedan nuevos episodios de alta concentración de gases contaminantes. Aunque un 80% de los residentes en el área metropolitana muestran interés por hacer uso del coche eléctrico en trayectos habituales, todavía este transporte sigue ofreciendo ventas testimoniales en nuestro país. Cabe recordar que el problema de emisiones que sufre está generado en gran parte por el transporte rodado, lo que indica que estamos ante un problema de emisiones locales. Visto desde este prisma,
la introducción del vehículo eléctrico sí supondría un importante revulsivo de cara a limitar esas emisiones de forma local. Pero entonces, y bajo las condiciones de nuestro actual sistema de generación energética, nos veríamos obligados a incrementar la generación
eléctrica mediante procesos contaminantes que tan sólo trasladarían el problemas de las emisiones hacia otra zona del país.
No podemos olvidar que cuando hablamos de vehículos eléctricos de cero emisiones, nos referimos a vehículos de nulas emisiones de forma local, pues la energía con la que son alimentadas sus baterías sí que han tenido un impacto medioambiental.
La producción energética española actual no podría soportar la implantación del vehículo eléctrico a gran escala sin incrementar de forma sustancial sus emisiones a la atmósfera. Dicho esto, la solución resulta bastante obvia teniendo en cuenta la posibilidad de apostar por las energías renovables tanto a gran escala, como a nivel local para convertir cada hogar en pequeños productores capaces de autoabastecerse. Lamentablemente,
la España actual está frenando seriamente la tendencia del mercado hacia la explotación del autoabastecimiento energético, un serio revés a la industria tecnológica y a la implantación de la movilidad eléctrica.