Una situación comprometida que puede tener unas consecuencias más que sorprendentes
Los radares están repartidos por todas las carreteras de nuestro país, pero…¿qué sucede cuando un vehículo atraviesa una zona controlada por radar a gran velocidad?
Los radares son elementos que ya todos los conductores conocen: su presencia se ha multiplicado en los últimos años, encargándose de controlar la velocidad a la que circulan los vehículos por la calzada y, por tanto, detectando aquellos a aquellos conductores que han excedido el límite de velocidad establecido y, por tanto, han cometido una infracción de tráfico y en los casos más extremos, un delito.
En la actualidad, el límite de velocidad máxima en nuestras carreteras está fijado en los 120 km/h, un límite que lleva vigente desde hace décadas. Sin embargo, los radares han evolucionado con el paso del tiempo, de manera que ahora son mucho más precisos y capaces que hace unos años, cuando su funcionamiento era mucho más limitado y dependiente de factores externos.
Pese a que el límite de velocidad está claro y es plenamente conocido, hay situaciones en las que los agentes de Tráfico han presenciado como algún vehículo superaba con creces ese límite, llegando incluso a doblar esa velocidad tope. En Bélgica se ha dado un curioso caso, el de un conductor que ha sido detectado por un radar circulando por encima de los 300 km/h. ¿Qué le ha pasado?
¿Qué sucede cuando pasas un radar a más de 300 km7h?
Y es que tras ser detectado a 306 km/h, el conductor se ha librado por completo de la sanción por exceso de velocidad. ¿Cómo es posible? Pues básicamente porque se ha excedido la velocidad máxima a la que el radar está homologado para detectar de manera fiable un exceso de velocidad, ya que en ese país el límite de homologación está fijado en 300 km/h, lo que ha permitido a este infractor librarse por completo de la multa, una multa que, por otro lado, hubiera sido muy cuantiosa.
Volviendo a nuestro país, en nuestro caso existen diferentes modelos de radar, también con diferentes velocidades máximas homologadas. De esta manera, la velocidad máxima que son capaces de detectar algunos radares españoles está fijada en 320 km/h, mientras que existen otro modelos del fabricante Multanova que están limitados a 250 y a 300 km/h.