FAUNA
Leones, elefantes o jirafas son animales muy comunes. Pero, ¿habías escuchado hablar alguna vez de estos que te presentamos hoy?
Si alguien te dice que nombres algunos de los animales que viven en África, seguramente te vengan a la mente los más comunes: elefantes, rinocerontes, jirafas, leones o hipopótamos. Son los típicos animales de la sabana que nos enseñan desde pequeños y por ello los relacionamos inmediatamente a este continente. Pero te adelantamos una cosa: la variedad de la fauna africana es inmensa y cuenta con especies de las que quizá no hayas escuchado hablar.
Uno de ellos es el madoqua o dikdik. Se trata de uno de los antílopes africanos más pequeños, corren a velocidades de hasta 50 kilómetros por hora y viven en Tanzania, Kenia y Somalia. Su nombre común, dikdik, proviene del ruido que emiten cuando se asustan.
Lo cierto es que esta no es la única especie de antílope africano que puede resultarte desconocida. También podemos hacer mención al Oryx, el mayoritario en África. En su caso, tienen unos cuernos enormes que llegan a medir hasta dos metros. Pero la mayor curiosidades sobre estos animales no es esa, sino que radica en su particular forma de hidratarse: lo hacen a partir de las plantas que comen, pero también a través de la niebla del desierto.
¿Y qué nos dices de las abubillas? En este caso nos referimos a un tipo de ave, concretamente a una de las de dimensiones más reducidas cuando de especies migratorias transaharianas se trata. Puede que no las conozcas, o puede que sí lo hagas por el siguiente dato: aunque en las temporadas de frío viven en África, en épocas más cálidas se las puede ver en España.
No ocurre lo mismo con otro de los animales menos conocidos de África: el okapi. Esta especie habita sobre todo en la República Democrática del Congo y para definirlo, te diremos que es una mezcla de muchos otros animales que viven en el continente. Tiene un cuello largo como las jirafas, las piernas con franjas como las cebras y un cuerpo similar al de los caballos. Pero lo cierto es que ni siquiera los expertos saben mucho de él, más allá de eso, de que se calcula que existen unos 15.000 ejemplares y de que son muy escurridizos, por lo que no son fáciles de ver.