INFORMACIÓN PRÁCTICA
Por comodidad y por seguridad, es fundamental que la temperatura del interior del coche sea la adecuada: tanto en verano como en invierno. ¿Es buena idea arrancar con los sistemas de climatización puestos para refrescar o calentar el habitáculo antes? ¿Perjudica este gesto a la mecánica de tu vehículo?
En cualquier trayecto, es fundamental que la temperatura que tengamos en el interior del coche sea la adecuada: por comodidad y, también, por seguridad. En los meses más fríos del año, a todo el mundo le gusta que el habitáculo esté caliente: ¿es buena idea arrancar el coche con la climatización en marcha para, así, acelerar ese proceso de confort?
En el momento en el que ponemos en marcha nuestro vehículo, el motor de arranque comienza a hacer su trabajo y los elementos auxiliares que precisan de energía para funcionar (climatización, luces, sistema multimedia…) están apagados. La razón es sencilla: toda la energía que tiene disponible la batería es para el grupo propulsor.
¿Sirve de algo?
Si arrancamos el coche con la calefacción puesta, no conseguiremos elevar la temperatura del interior del vehículo antes. La explicación la encontramos en el propio funcionamiento de este sistema: aprovecha el calor que se desprende de la puesta en marcha del motor. Por lo tanto, si el vehículo no está caliente, el aire que entrará al habitáculo será frío… y la climatización tendrá que hacer un esfuerzo extra para alcanzar los grados deseados.
De modo que, aunque tengamos frío, es aconsejable esperar desde que arrancamos el coche hasta que conectamos la calefacción. ¿Cuánto tiempo? No mucho: transcurridos unos diez o quince minutos, el vehículo ya habrá cogido temperatura suficiente y estará caliente.
¿Afecta al consumo?
Arrancar con la calefacción puesta, como hemos visto, sólo sirve para introducir aire frío en el interior del coche: ¿afecta esto a su consumo? El sistema tardará más en llegar a la temperatura marcada, pero apenas influirá porque en esa generación de calor no se gasta combustible. El único elemento que sí puede influir es el ventilador que hace pasar el aire al habitáculo: necesita energía eléctrica procedente de la batería, que se carga con el alternador… pero el gasto es mínimo.
¿Y qué pasa con el aire acondicionado?
Es inevitable hacerse la misma pregunta: ¿es perjudicial arrancar o apagar el coche con el aire acondicionado puesto? Lo cierto es que este sistema está diseñado para apagarse cuando paramos el vehículo.
En los modelos que no tienen compresor eléctrico, el compresor del aire acondicionado se conecta a la correa de accesorios a través de un embrague electromagnético. Este último se desconecta cuando apagamos el coche: es como si lo hubieras desconectado de forma manual. Igual que ocurre con la calefacción, poner en marcha el vehículo con el aire acondicionado encendido no será un gran esfuerzo para el motor porque tarda unos minutos en llegar a su temperatura óptima de funcionamiento: eso sí, pasará más tiempo hasta que el aire caliente se disipe y desaparezca.
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